Día Mundial de la Justicia Social

Publicada: 20 febrero, 2025
En el Día Mundial de la Justicia Social, desde Cáritas Huesca queremos denunciar la privación y vulneración de derechos que sufren muchas personas que viven en nuestro país. Personas que al no contar con un permiso de residencia o de trabajo parece que se convierten en ciudadanos de ‘segunda clase’ o aquellas que cuentan con ‘papeles’, pero de la noche a la mañana cambia su situación administrativa y se ven abocadas a una irregularidad sobrevenida. Resulta alarmante que una de cada tres personas, acompañadas por Cáritas en 2022, se encontrara en situación administrativa irregular, según el Informe FOESSA de 2023. Entre otras razones por la destrucción de empleo o la demora en las respuestas de los procesos legales.
Un catorce por ciento de la población de nuestro país son migrantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística en 2024. Esto supone que estas personas pagan sus impuestos, aportando con ellos también al sistema de pensiones, enriquecen los espacios en donde viven favoreciendo la diversidad y se convierten en una oportunidad para nuestra sociedad que está cada vez más envejecida.
Ante esta fotografía de nuestro país, queremos visibilizar que incluso en ciudades tan pequeñas como Huesca, existe un colapso en los trámites y procedimientos administrativos vinculados con las personas migrantes y solicitantes de protección internacional, lo que hace casi imposible conseguir una cita. Situación que se agrava con la picaresca de algunas personas que ‘trafican’ con la venta de estas citas que, sumado a su desesperación, en ocasiones, las lleva a rendirse ante esta despreciable práctica, pagando para obtener una cita con la Policía Nacional. Y aquellas que no se rinden ante semejante acción sufren grandes perjuicios, quedando incluso en situación irregular.
A estos obstáculos locales, no en pocos casos, hay que añadir los impedimentos que encuentran muchas de ellas al no lograr ser documentadas por las autoridades de su país de origen, lo que convierte en una quimera regularizar su situación en España.
Probablemente, muchos de los lectores puedan reconocer fácilmente alguna situación de vulneración del derecho a una vivienda o a un trabajo digno en su entorno o en nuestra ciudad. Quizás, pase más desapercibida la falta de acceso a otros derechos como el empadronamiento, que no necesita de la tenencia de una autorización residencial legal. Sin embargo, esta premisa se establece muchas veces como requisito necesario para poder empadronarse, cuando únicamente debería ser necesario acreditar la propia identidad y aportar el lugar de residencia. Una cuestión harto complicada en algunas de las circunstancias de vida que acompañamos desde Cáritas Huesca. Un trámite, recordemos, obligatorio y que es un derecho.
La vulneración de un derecho suele llevar a la dificultad para acceder a otro, como ocurre con el derecho a la protección social. No existen políticas sociales de protección lo que muchas veces les aboca a recurrir a las ayudas de emergencia municipales o de otras entidades como Cáritas Huesca. El Papa Francisco nos recuerda que “estamos llamados a mirar la legitimidad de las normas y de las políticas públicas a la luz de la dignidad de la persona y sus derechos fundamentales, no viceversa”.
La cadena de obstáculos continúa cuando requieren abrir una cuenta bancaria. A pesar de que la normativa exige que toda persona, con o sin “papeles”, pueda acceder a cuentas bancarias básicas la realidad es que no es tarea sencilla obtener su apertura en las entidades bancarias.
Desde Cáritas Huesca, de la mano de otras entidades, del tejido empresarial, de la sociedad y de los gobiernos locales y autonómicos, queremos construir nuevas narrativas donde las personas en movilidad no sean etiquetadas por su condición de migrante, refugiada, regular o irregular, donde se valore a la persona por lo que es o por lo que puede aportar a nuestra ciudad. Como resume el título de un documento de Cáritas Española que da claves para una convivencia diversa y enriquecida, “Esperábamos trabajadores, vinieron personas, queremos vecinos”.
Ante esta realidad, en Cáritas Huesca no podemos, ni queremos mirar hacia otro lado. Debemos observar con una mirada de derechos para denunciar las injusticias. El Papa Francisco nos exhorta a la Iglesia católica, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, “a no ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados. Con caridad y claridad todos estamos llamados a vivir en solidaridad y fraternidad, a construir puentes que nos acerquen cada vez más”.