CON SAHEL
Publicada: 21 enero, 2021
Senegal, Malí, Burkina Faso, Níger, Chad y Mauritania, el norte de Camerún y el noroeste de Nigeria son los países afectados por una crisis alimentaria que tiene su origen en varios factores.
El recrudecimiento de la violencia ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes en la región de Liptako Gourma (zona fronteriza entre Mali, Burkina Faso y Níger).
El aumento de los ataques perpetrados por grupos armados no estatales ha creado una crisis de personas desplazadas sin precedentes, sumando 1.533.402 personas desplazadas entre los tres países.
Por los más vulnerables
Esta crisis afecta especialmente a las personas más vulnerables, con una economía campesina de subsistencia, que han debido abandonar sus cultivos y rebaños para ser acogidas principalmente en hogares y comunidades vecinas. Esta crisis está aumentando las personas necesitadas de ayuda humanitaria, principalmente alimentaria y nutricional, debido al abandono de los campos, las dificultades para trasladar los rebaños por zonas inseguras y la perturbación de los mercados.
Más de 3.000 centros escolares y 200 centros de salud se encuentran cerrados tras los ataques y las amenazas sufridas, reduciendo drásticamente los servicios básicos de los que se disponía en la zona.
Los estados y las agencias multilaterales han lanzado planes de respuesta, pero son insuficientes. En ocasiones ni siquiera el acceso a las personas necesitadas está garantizado. Además, la crisis sanitaria de la COVID-19 ha empeorado todavía más la situación debido a los efectos negativos que ha tenido sobre el tejido económico y social.