Iglesia por el Trabajo Decente denuncia el alto desempleo estructural
Publicada: 6 octubre, 2022
La iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) se suma por octavo año a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente e insiste en que el Gobierno y los agentes socioeconómicos deben comprometerse con el empleo de calidad
La actual situación inflacionista, provocada inicialmente por el aumento desmesurado los beneficios de las empresas de energía, tiene como consecuencia directa el crecimiento del coste de la cesta de la compra y de la vida de las familias trabajadoras. Este contexto es también una amenaza para el empleo que sigue tensionado por el impacto de la pandemia. Con una tasa de desempleo de más del 12 por ciento, la iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) denuncia que “aún quedan demasiadas situaciones de vulnerabilidad vinculados al trabajo en nuestro país”.
Con el lema “Sin hombres y mujeres comprometidas, no será posible el trabajo decente”, ITD en la diócesis de Huesca anima a participar en los actos celebrativos y reivindicativos. El viernes, 7 de octubre, Jornada Mundial por el Trabajo Decente, se llevará a cabo una concentración y la lectura del manifiesto. En el Ayuntamiento de Lanaja a las 17:30 horas y en la capital altoragonesa será en la plaza Navarra a las 19:00 horas.
En el manifiesto “Sin compromiso no hay trabajo decente” la iniciativa pide “que esta toma de conciencia se vaya convirtiendo en compromiso diario por el trabajo decente para celebrar y reivindicar el trabajo como derecho y actividad para el cuidado de las personas, del bien común y del planeta”. El texto subraya que “todavía hay millones de personas trabajadoras que siguen sin poder acceder a un empleo de calidad”. “El alto paro estructural y el empleo precario aqueja a miles de personas, sobre todo mujeres y jóvenes”, apunta.
Testimonios y peticiones
Es el caso de Rosa Casillas. Al igual que muchos jóvenes en nuestro país, esta educadora ambiental hace malabares todos los meses para llegar a fin de mes. “Es una situación que vivo con agobio, ya que hay semanas que compagino cuatro trabajos, uno más estable por las mañanas y otros por las tardes y fines de semana. Es frustrante ver cómo a veces ni con todo mi esfuerzo es suficiente para ahorrar por si viene un mes malo. La temporalidad, el pluriempleo, la inestabilidad horaria. No entiendo por qué las jóvenes tenemos que sufrir una precariedad tan denigrante para intentar tener una vida digna”.
Frente a esta situación, ITD reivindica “la necesidad de seguir vigilando y regulando las condiciones laborales para que sean decentes”. Reclama también que se incorpore a la agenda política la atención de las causas que provocan esta “tragedia tan extendida” de siniestralidad laboral, ya que “dos personas trabajadoras mueren cada día en nuestro país, como resultado de no garantizar la seguridad y salud en el trabajo”.
Se hace un llamamiento “al Gobierno y a los agentes socioeconómicos a comprometerse con el empleo de calidad en un contexto inflacionista de subida de precios que no pueden soportar los salarios de las personas trabajadoras”. “El compromiso de quienes son sensibles a estas situaciones son una respuesta necesaria”, subraya.
La iniciativa urge analizar la propuesta del papa Francisco de reducir la jornada laboral. Sin que ello redunde en bajada salarial, como medida de creación de trabajo decente. Asimismo, considera que debe “aflorar el trabajo que se desarrolla en el ámbito de los cuidados y convertirse ya, en trabajo decente”.
¿Quiénes somos?
La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) comenzó su andadura en 2014 y está formada por organizaciones de inspiración católica y congregaciones religiosas.
En Huesca, participan de esta iniciativa la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Cáritas Diocesana de Huesca, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Juventud Obrera Cristiana (JOC), Acción Católica General, Movimiento Junior y Movimiento Rural Cristiano de Monegros. Su objetivo es sensibilizar, visibilizar, denunciar el trabajo humano. Reivindicar el trabajo decente «hacia el interior de estas organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».